jueves, 17 de diciembre de 2020

Creación literaria

 

CREACIÓN EN PROSA

Entre las diferentes estrategias que hemos visto a lo largo del último bloque de la asignatura Literatura española, literatura infantil y educación literaria, hemos utilizado para la creación del texto en prosa la denominada “Hipótesis absurda”. Esta consiste como el mismo nombre indica, en crear una historia a través de hipótesis absurdas. En nuestro cuento, partimos de la hipótesis de que un niño llamado Pedro viaja a través del tiempo a raíz de un tornado que tiene lugar en su propia habitación.


El texto en prosa creado estaría destinado a niños de 8-9 años, esto es para niños de 3º de Educación Primaria porque unos de los temas favoritos de los niños a estas edades son los relacionados con el ambiente familiar como es el hogar y la escuela y las narraciones sencillas.

El cuento posee una estructura lineal (planteamiento, nudo y desenlace) que es la más adecuada para los niños más pequeños por ser la más sencilla, no cuenta con excesivas descripciones, ni con un vocabulario u oraciones complicadas. Además, el hecho de que el cuento esté narrado en primera persona y que el protagonista tenga la misma edad que nuestros lectores, permitiría por un lado hacer más cercano al personaje y por otro, identificarse con él.
 

“El sueño de Pedro”
 
Mi nombre es Pedro y tengo 8 años. Tengo los ojos grandes, marrones, pelo moreno y corto, pero con flequillo, que a veces está peinado hacia el lado y otras, cuando mi mamá no me ve, me lo peino hacia arriba.


No sé si a vosotros también os pasa, pero mi madre siempre me peina hacia al lado antes de salir de casa y me dice que así estoy guapísimo. La verdad es que no entiendo cómo puede decir eso, porque a mí lo que realmente me gusta es peinarme el flequillo hacia arriba. Ahora he descubierto un truco y estoy muy contento. 

Como es invierno y hace mucho, mucho frío, me pongo un gorro de lana antes de salir de casa y así, cuando llegamos a algún sitio en el que me tengo que quitar el gorro, mi flequillo ya está hacia arriba; y claro, mi madre como ya no puede hacer nada porque no hay forma de ponerlo otra vez de lado, me lo deja así.


Mi tía Laura, que es la hermana de mi madre, cada vez que me ve, me toca el flequillo y me dice:  

- “Pedro, eres un chico con mucha personalidad, no cambies nunca”.

Y eso mismo me dice mi abuela Carmen cuando vamos a visitarla todos lo fines de semana. Lo que más nos gusta hacer a mi abuela y a mí es asomarnos a la terraza y mirar durante mucho tiempo las nubes mientras nos tomamos el café y los demás hablan de sus cosas. Bueno, mejor dicho, mi abuela es la que toma café y yo tomo chocolate caliente.

Entonces, es cuando entre los dos, empezamos a imaginar que las nubes son objetos, animales, lugares o incluso personajes de dibujos animados. Después, comenzamos a inventarnos historias, a veces un poco locas, y nos reímos mucho, muchísimo. Me encanta estar con mi abuela porque es la mejor abuela del mundo.

¿Sabéis qué? El otro día en clase descubrí un mamut. Era enorme, pero sólo veía su cabeza y sus colmillos torcidos.  Yo estoy sentado al lado de la ventana, pero muy cerca de mi profesora Marina y a veces, cuando tengo que inventarme alguna historia, miro las nubes. A mis amigos Beltrán y Lucas, que están sentados a mi lado, nunca se les ocurre nada.

-Pero ¿y qué cuento me invento en el que aparezca algo de la Prehistoria? -pregunta Beltrán
-A mí sólo me gustan las historias de astronautas-protesta Lucas.
-Es muy fácil, mirad las nubes. Yo siempre las miro y veo un montón de cosas.
-Pues yo no veo nada-dice Beltrán.

Mi profesora Marina siempre me felicita por mis historias, y por intentar ayudar a mis compañeros enseñándoles algunos de mis trucos y, además, ella siempre me dice también lo de la “personalidad”.

Yo no entiendo muy bien lo que significa esa palabra, pero me gusta cómo suena, “PER-SO-NA-LI-DAD”; además, empieza por “P” como mi nombre, “Pedro”. Así que cuando me tengo que describir en clase siempre utilizo esta palabra y acabo escribiendo: “Me llamo Pedro y tengo 8 años. Tengo los ojos marrones y grandes. Soy moreno, con pelo corto y flequillo y con personalidad”.

Niños y niñas de todas las partes del mundo, me ha ocurrido algo increíble, y por esta razón, lo quiero compartir con todos vosotros. Para ello, como dice mi profe Marina, pensaré muy bien todo lo que quiero decir, y empezaré por el principio: 

Como os he contado antes, todos los fines de semana voy a ver a mis abuelos y almorzamos con ellos en su casa; así que, lo primero que hice cuando me desperté, fue mirar por la ventana y observar qué forma tenían las nubes para más tarde contárselo a mi abuela. Sin embargo, ese día, el cielo estaba muy oscuro, había nubes, pero no podía ver ninguna forma en ellas, ni animales, ni el mamut, ni un coche, aunque fuera pequeño, nada. 

Pero de repente, oí un ruido muy fuerte, como si fuera un trueno y empezó a hacer mucho viento, sentí mucho, mucho frío, y mucho, mucho miedo. Entonces miré a mi alrededor, derecha, izquierda, arriba y abajo, y comencé a girar.  Estaba volando, subiendo hasta el cielo a través de las nubes y cerré los ojos. Entonces, paré de girar y toqué el suelo con mis pies.  

Pensé que ya estaba de nuevo en mi habitación y abrí los ojos. Pero no era mi habitación, estaba oscuro, en el suelo había tierra, y comencé a andar. Entonces descubrí que en las paredes había dibujos de animales, bisontes, ciervos, de personas con lanzas, pero no como los que dibujamos ahora los niños, utilizando muchos colores y todo eso, sino que esas pinturas sólo tenían el color rojo, negro, amarillo y naranja. Todo eso me resultaba familiar, lo había visto antes, pero ¿dónde?.

Seguí caminando, y enfrente de mí aparecieron tres personas, una mujer, un hombre y una niña mirándome, inclinando la cabeza de un lado hacia otro y les pregunté:

- ¿Dónde estoy? ¿Qué pinto yo aquí? ¿Y qué pintáis vosotros?

Ellos no me contestaron, pero lo que sí hicieron fue abrir sus ojos como platos, así que imaginé que debían hablar inglés. Pero yo, aunque estudio inglés en el colegio, he de reconocer que no sabía hacerles esas preguntas. Así que continuaron mirándome, y yo a ellos. No sabía qué hacer.

Después, pensé que iban disfrazados. Llevaban una especie de chaleco con mucho pelo como el que tiene mi madre y que se pone cuando hace mucho frío, no llevaban zapatos y no iban peinados, ni con flequillo hacia un lado ni hacia arriba; además, el hombre llevaba en la mano como una especie de pincel, como los que utilizamos en plástica, y entonces, descubrí donde había visto eso antes. ¡En la clase de la seño Marina! No podía ser, este lugar era oscuro, en las paredes había pinturas de animales, lanzas, un pincel hecho con pelo de animal, personas con ropa realizada con pieles… ¡Estaba en una cueva! Pero no en una cueva cualquiera, estaba en una cueva de la Prehistoria. ¡Había viajado a la Prehistoria!

Y de repente…volvió a ocurrir. Oí un ruido muy fuerte y empezó a hacer mucho viento, y sentí mucho, mucho frío, y mucho, mucho miedo. Comencé a girar, dando vueltas y más vueltas, hasta que toqué de nuevo el suelo con mis pies y… entonces, vi a mi mamá:

-Pedro, despierta, es hora de desayunar. Nos vamos a ver a la abuela, y, ¿sabes qué? cerca de su casa hay una exposición de la Prehistoria, lo que estáis viendo ahora en el cole, así que iremos esta tarde a verla con ella. Conociéndoos, os va a encantar.

No sé qué cara puse en ese momento, pero debió ser muy rara porque mi madre me preguntó si estaba bien.

-Estoy perfectamente mamá, es que he tenido un sueño muy raro. He soñado que estaba en una cueva de la Prehistoria. ¿Y sabes una cosa? No se peinaban o, mejor dicho, se peinaban como querían.

-Ay Pedro, tú y tu imaginación…-dijo mamá.

- ¿Imaginación? No, mamá eso es personalidad. Ellos también tenían personalidad como yo-le dije.

Y entonces mamá se rio y me dijo:

-Bueno, bueno, personalidad, lo que tú digas, pero ahora toca desayunar y después a vestirse y peinarse como dice mamá, no como los de la Prehistoria.

Todo había sido un sueño, por suerte. Pero un sueño increíble, tan increíble, que eso mismo que soñé o algo muy, pero que muy parecido, lo vi en la exposición a la que llevó mi mamá. Aunque eso sí, sin ruido, viento y sin personajes prehistóricos observándome sin decir nada y yo, peinado con mi flequillo hacia el lado, pero con el gorro de lana puesto, como digo siempre, con per-so-na-li-dad.


CREACIÓN EN VERSO

Para la creación del texto poético he utilizado la estrategia Limerick.  Me ha sorprendido como siguiendo un sencillo esquema basado en las respuestas a cinco preguntas, podemos crear un poema de una forma fácil, a la vez que divertida en todos los cursos de primaria.


La edad a la que destinaría este texto poético sería para niños de 6-7 años, es decir,  para niños de 1º de Educación Primaria porque unos de sus temas favoritos son los relacionados con los animales, tanto domésticos como salvajes que hablan (aunque en este caso nuestra ranita Mariana no habla, sí que se le atribuye un cierto grado de personificación cuando decimos que le duele la garganta) y porque se trata de una composición que parece más un juego poético porque es muy cortita, sólo de 5 versos, de los cuales los 4 primeros versos riman dos a dos, y el último es igual al primero; así que resulta muy fácil de aprender y recitar y resulta perfecto para familiarizarse con este tipo de textos.  

La ranita cantante

La ranita Mariana

canta, canta, en su charca.

Tanto, tanto, cantó

que la garganta le dolió

a la ranita Mariana. 


CREACIÓN DRAMÁTICA

El texto dramático creado estaría destinado a niños de 9-10 años, esto es para niños de 4º de Educación Primaria porque unos de los temas favoritos son los relacionados con los cuentos fantásticos y de aventuras. De este modo, en esta creación dramática podemos apreciar lo real e imaginario de la fantasía como es la celebración de la Navidad y la existencia de un planeta llamado Curiosín con el viaje, misterio y riesgo de la aventura que vive Lux y su familia al visitar la Tierra.


“La primera Navidad”

Escena 1

Aparece en escena Lux. Está mirando por la ventana de su habitación, pensativa. Su madre entra en la habitación.

MADRE: ¿Qué haces Lux?

LUX: (Mirando por la ventana hacia abajo) Mamá, ¿alguna vez te has preguntado que son esas luces de colores que iluminan el planeta Tierra?

MADRE: Claro que sí, Lux.

LUX: Mamá, yo creo que son estrellas, pero de colores. A mí también me gustaría tener esas estrellas de colores en nuestro cielo, y más a estas horas.

MADRE: Lux, no son estrellas. Son luces que los habitantes de la Tierra ponen en Navidad.

LUX: Navi… ¿qué?

MADRE: (Haciendo el gesto de pedir silencio) ¡Sssh! Escucha, ¿lo oyes?

LUX: (Sorprendida) ¡Sí! ¡Es música!

MADRE: ¡Exacto! Pero no es una música cualquiera, son villancicos.

LUX: ¿Villancicos? Mamá, no entiendo nada. ¿De qué me estás hablando?

MADRE: Lux, vamos a mirar por el telescopio, te lo enseñaré.

Escena 2

Lux y su madre se dirigen a la habitación en la que hay un telescopio enfrente de una gran ventana. La madre de Lux lo ajusta a su altura.

MADRE: Ahora sí, ya puedes mirar Lux.

LUX: ¡Mamá, son los niños de la Tierra! ¡Y están en el colegio! Pero… ¿por qué están tan contentos? Nosotros no nos lo pasamos tan bien con la señora Palpatín. ¿Y por qué están colocando bolas en un árbol? ¿Y por qué están cantando?

MADRE: Están celebrando la Navidad, Lux.

LUX: (Lux mira con cara de asombro a su madre) Mamá, pero ¿qué es la Navidad?

MADRE: La Navidad es una fiesta muy importante para los habitantes de la Tierra. En esta fiesta no sólo adornan sus casas con luces y con árboles con bolas y reciben regalos, sino que se reúnen con la familia y con los amigos para demostrar todo el amor que sienten.

LUX: (Entusiasmada) Y entonces… ¿todos los de la familia están juntos? ¿y los amigos? ¿y todos están tan contentos? ¡Yo también quiero celebrar la Navidad mamá! ¡Tengo que contárselo a papá! Tengo que hacer algo, tengo que hacer algo…

Lux sale de la habitación muy nerviosa y se dirige al despacho de su padre.

Escena 3

LUX: ¡Papá, papá! ¡Yo quiero celebrar la Navidad! ¡Yo quiero celebrar la Navidad!

PADRE:  Espera Lux, tranquila, ¿qué ocurre?

LUX: (Casi sin aliento) Ya sé lo que son esas luces que iluminan la Tierra. ¡Son las luces de la Navidad! Me lo ha dicho mamá. ¿Y sabes qué? En esta fiesta los terrícolas cantan, bailan, decoran sus casas, pero sobre todo…son muy felices porque están con sus familias y amigos.

PADRE: Muy bien Lux, ¿y qué puedo hacer yo?

LUX: Tú eres el rey de Curiosín y todos los habitantes de este planeta incluida yo, somos muy curiosos; tanto, que por eso conocemos tantas cosas de otros planetas. Por eso, ¿por qué no celebramos la Navidad en nuestro planeta y así la conocen todos? Porfa papá, porfa…

PADRE: No es tan sencillo Lux, todos los habitantes tienen que estar de acuerdo. No sólo podemos estarlo nosotros dos.

LUX: ¿Y mamá? Mamá también está de acuerdo. Ella también quiere celebrar la Navidad. Y por cierto… ¿cómo sabe mamás tantas cosas de esta fiesta?

La madre de Lux entra en el despacho.  

MADRE: Porque viajé a la Tierra siendo muy pequeña, como tú. Fuimos a visitarla porque los abuelos habían visto muchas fotos y programas sobre este planeta, así que decidieron ir de vacaciones a la Tierra.

LUX: ¿Te gustó mamá?

MADRE: Claro que me gustó. Conocimos la Tierra en Navidad. Había luces en todas partes, en las calles, en los edificios, en las casas, y se oían villancicos. Los terrícolas se ponían gorros rojos, cantaban, bailaban, reían y se abrazaban y…¡hasta comimos turrón!

PADRE: (Tocándose la barba) Está bien, tengo una idea. Vamos a viajar a la Tierra. Haremos fotos, grabaremos un vídeo y traeremos algunos de los alimentos que toman los terrícolas en estas fiestas.  Se lo enseñaremos a los habitantes de Curiosín y, si les gusta lo que ven, celebraremos nuestra Navidad curiosina, aunque no os prometo nada.

LUX: (Se acerca a su padre y le da un abrazo). Gracias, papá.

Escena 4

Lux y sus padres llegan a la Tierra. Concretamente, al Parque del Retiro, Madrid.

LUX: (Nerviosa) ¿Cuánto falta? ¿Cuánto falta?

MADRE: Ya hemos llegado Lux. Estamos en Madrid.

LUX: (Bostezando) Menos mal, se me ha hecho eterno.  

PADRE: Venga, vamos, tenemos muchas cosas que ver y que probar y tenemos muy poco tiempo.  

Escena 5

Se oyen villancicos y el ruido del tráfico en la ciudad. Lux y sus padres se dirigen a su nave.

MADRE: ¿Lo has pasado bien Lux?

LUX:  Muy bien mamá.  No sé cuántas fotos habré podido hacer ni cuanto turrón habré probado. ¡Qué rico!

PADRE: Subid a la nave. Volvemos a casa chicas.

Escena 6

En el palacio real, Padre (rey), Madre (reina) y Lux, presentan a los habitantes de Curiosín las fotos y vídeos sobre la Tierra; además les dan a probar algunos de los alimentos que comen los terrícolas en Navidad.

PADRE: (Señalando) Y esto que estáis probando ahora es pavo asado.  

MADRE: (Señalando) Eso es jamón ibérico, y lo que come el Sr. Gastrox es queso manchego.

LUX: (Señalando) Y eso de ahí es ¡turrón!

PADRE: Habitantes de Curiosín, ahora que ya conocéis como celebran la Navidad los terrícolas, ¿queréis que la Navidad llegue también a Curiosín?

HABITANTES DE CURIOSÍN: (A gritos y aplaudiendo) ¡¡¡¡¡¡Sí!!!!!

PADRE: Entonces queridos habitantes de Curiosín, ¡Feliz Navidad curiosina!

Escena 7

Se ven a los habitantes de Curiosín con cintas y bolas de Navidad adornando el escenario. Suenan risas y villancicos. Cae el telón.

 

 

 

 

 

 

 

 

 





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